sábado, 3 de agosto de 2019

Solo sentimientos

A veces solo sientes, es tan profundo que ni tú mismo logras entenderte. Simplemente sientes, aunque tu no quieras. Parece  indomable… aún para quien es adulto. Qué sencilla sería la vida si nosotros escogieramos qué sentir y en qué momento hacerlo. Sería tan fácil, pero… Eso le quitaría la diversión, ¿No les parece?. 
Desde que despertamos y nos encontramos con un sol tan brillante que hasta nos empaña la vista, sentimos la alegría de estar vivos. De tener el precioso regalo de vivir un día más. Podemos escuchar a las aves cantar, y simplemente se nos sale una sonrisa aunque no entendamos por qué. Luego, sentimos la mano de un niño pequeño que te acaricia y te da un beso de buenos días… Mañanas tan perfectas, solo con cosas tan sencillas pero tan valiosas. Lamentablemente, muy pocas personas valoran los pequeños detalles de la vida. En vez de agradecer por ver el sol, se quejan de las cosas más insignificantes, como el que no haya café esa mañana. A veces, nos perdemos de las cosas más importantes y especiales, como el simple hecho de llevar a tu hijo al colegio. Algo que ellos dejan de valorar porque dejaste de hacerlo o simplemente nunca lo hiciste. Pasan los años y cuando ya no puedes recuperar lo perdido, te das cuenta de que es demasiado tarde, de que no valoraste lo que en su momento lo fue, por más mínimo que sea. Y entonces llegan ellos, los sentimientos… 
Existen dos tipos de sentimientos, los negativos y los positivos. Básicamente, los negativos son aquellos que simplemente quieres eliminar porque te martirizan. No los aguantas y solo quieres desaparecerlos. Sientes que no puedes dominarlos pero al mismo tiempo quieres hacerlo porque sabes que no está bien. 
Lo sé, porque yo me he sentido así.
Es interesante como la vida va avanzando, y uno va cambiando. Quisiéramos no aprender a las malas, porque siempre es lo mismo, salimos lastimados… heridos. Combatimos con sentimientos negativos todo el tiempo, nos acompañan en todo nuestro crecimiento. De alguna manera, eso nos moldea, porque nos enseña. Nos enseña a llorar, a reír, festejar… eso es, nos enseña.